La ética del político: entre la convicción personal y la disciplina de partido

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José Antonio Pérez Tapias

Resumen

La ética del político, que debiera impregnar el ejercicio de sus responsabilidades públicas, se encuentra atrapada entre la convicción personal y la disciplina de partido. La ética del político, en primera instancia no es sólo de quienes se dedican expresamente a la política, sino que hay que entenderla como ética del ciudadano. Por otra parte, la acción política es tal si está moralmente orientada, lo cual se puede precisar más diciendo que será acción política si su sentido se plasma en la búsqueda de objetivos de justicia, susceptibles, por tanto, de ser propuestos, asumidos y realizados con criterios universalistas. Para profundizar en la relación bidireccional entre exigencia moral y acción política, y para llegar a determinadas conclusiones sobre la ética del político desde el esclarecimiento previo de cómo todo ciudadano está concernido por lo que dicha relación supone, se articula la reflexión sobre las aportaciones cruciales de tres pensadores contemporáneos: Emmanuel Lévinas, Max Horkheimer y Max Weber. A continuación, la cuestión que se plantea es cómo el partido sirve para mejor conseguir los objetivos políticos de quienes trabajan para la política, y no para ver cómo se utiliza con mayor provecho particular por quienes viven de la política. Finalmente se subraya que la disciplina de partido no debe ahogar la capacidad de juicio, la crítica interna, siempre que sea necesaria, y efectivamente hay que hacerla valer por los cauces orgánicamente establecidos.

Palabras clave:
ética del político , ética del ciudadano , acción política

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Cómo citar
Pérez Tapias, J. (2007). La ética del político:. Revista De Fomento Social, (248), 555-570. https://doi.org/10.32418/rfs.2007.248.2108
Sección
Estudios